
BY: Ofelia Salinas
Emociones / Interesante
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La Pandemia nos deja estragos
Vivamos a toda velocidad antes de la Pandemia 2019 denominada COVID, en el mundo corríamos por llegar a tiempo a los trabajos, a las escuelas, o alguna otra actividad y de repente el mundo se detiene en marzo 2019 México se paraliza literalmente, sin ir a ningún lugar, nos encerraron en las casas llegamos a pensar va hacer un mes y volvemos a la normalidad por llamarlo así, seguir corriendo sin importar cómo nos alimentamos, horas en el tráfico para trasladarnos, niñas y niños comiendo y durmiendo en los autos o trasporte público, esa era la vida que llevamos.
Llega la pandemia y a casa nos vamos todos increíble no vamos a correr, niñas, niños, adolescentes y jóvenes haciendo lo que quisieran.
Al principio no había límite de horarios, y hagan lo que quieran, coman lo que quieran, no importa a qué hora duermen, parece que estamos de vacaciones, pasan los meses la mayoría de los padres trabajando desde casa, e hijas e hijos estudiando en línea, padrísimo no nos tenemos que desplazar.
Al paso del tiempo y la convivencia diaria hace que aumente la violencia en los hogares, el consumo de alcohol, algunas sustancias, y desde luego el internet a todo lo que da sin darnos cuenta la puerta que se abrió, aunque ya existía un ciberacoso con la pandemia aumentó, triste realidad donde la niñez, adolescencia y juventud humillándose, chantajeando, exhibiendo a otra persona, haciendo ridiculez a través de las redes sociales.
Obviamente sin supervisión ya que se pensaba están haciendo su tarea o trabajos escolares y no era así, unos a otros dañándose sin medir las consecuencias que esto traía nadie se ha puesto a pensar el daño psicológico y emocional que le causa a quien le realizan ciberviolencia y también a quien lo realiza, lo cual hoy existen muchos corazones rotos que se deben sanar y a medida que pasa el tiempo vemos más niñas, niños, adolescentes y jóvenes sufriendo sin saber que hacer.
Es momento de poner manos a la obra y apoyar a todas y todos que son partícipes de una ciberviolencia hoy más que nunca necesitamos que la niñez, adolescencia y juventud conozca sus emociones para así no dañar a nadie y mucho menos permitir que le dañen, logrando así, seres humanos empáticos y llenos de amor.